Mientras ellas duermen yo dibujo, aprovechando que están bien quietecicas. Qué mejor momento que la hora de la siesta, cuando entra la luz por la ventana y sus posturas se combinan de forma mágica con los colores del sofá... Necesito un descanso, lo sé.
Seguiré practicando con mis super pinceles Pentel y mis a-punto-de-jubilarse-acuarelas Van Gogh.
2 comentarios:
Hola Elisa, cuadernos me parece que hay muchos, pero experiencias como las que muestras son especiales siempre.
Gracias, Amparo! Gracias, sobre todo, por meterme en esto... No puedo paraaar!!
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